jueves, 17 de octubre de 2019

TODA UNA VIDA

TODA UNA VIDA



La providencia nunca fue mi mejor amiga,
y nunca sentí la ayuda de a quien madruga.
He procurado afrontar la vida como me la mandan,
amansado con el roce de los años
y con enormes ansias
de descubrir el mundo cada mañana.
Lo mejor de toda una vida
es vibrar y emocionarme por lo más maravilloso,
sentirme feliz como nunca había imaginado
por tenerla acomodada en mi corazón.
Nunca he dejado de ser
el que encontró aquel primer día,
sonriendo en los flecos del amor.
Mi corazón latía desaforadamente,
sumergido en los mas acogedores abismos
de esos sueños que tienen firmes raíces.
Cautelosamente
llega la noche con su delicada oscuridad,
tiempo taciturno, conciencia tranquila.
En sus ojos brillaban dos lágrimas de sentimientos,
brillaba como brilla el azúcar.
Paseaba lentamente la mirada,
mirando fijamente sin atreverse a mover ni un pedacito de su cara.
Aureolado de un nimbo de gloria,
acariciaba en silencio sus bendiciones,
divagando la imaginación por los mas bellos parajes.
Los atardeceres de dos días iguales nunca son idénticos.
Los nuestros están en nosotros mismos,
nacen como un sueño en nuestro corazón.

lunes, 1 de julio de 2019

CREPÚSCULO

CREPÚSCULO



La he amado tanto, y la quiero tanto,
que creí tener derecho al dolor de su amor.
A poder sentir el calor de la vida,
despojado de todo, salvo del éxtasis.
Abrazarla y tomar un buen trago de su mirada,
ordeñando la luz de sus ojos después de oscurecer.
       Ojos oscuros y salvajes como nublados de tormenta.                                                           
Respirar por sus poros distendidos con esa sutil nota femenina.
Respirar su mirada.

Siempre confundía el tiempo
cuando bailaba con ella.
Vestida cuidadosamente.
Con ese leve y constante suspiro de su respiración,
y el mudo brillo de sus labios.
Bailábamos en calma, en un espacio vacío,
moviéndonos profundamente
como si no viniéramos de ningún lado.
La seguía con la mirada después de cada paso.
Toda ella era algodón.
El reloj se movía con fatiga,
el tiempo parecía helado.

Perdidos en el bosque de la noche.
Fugitivo entre sus encajes y su piel desnuda.
Su corazón latente
se desataba entre la luz y la oscuridad.
El agua humeaba su piel.
Las caricias se deslizaban por el borde de su sombra.
Y yo me prendería en su pecho como figura recortada de papel.
Y a través de la suave sombra morder su boca,
y repasar brevemente su sonrisa,
ese tenue susurro de la vida en pequeños besos malheridos.
Estaba ávido y feliz como si cabalgara por las nubes.

Al salir el sol mañana, ya será tarde.
       Encuadrada en el marco de la ventana
       se percibía la fresca de la mañana.
Gotas de niebla serpenteando por el cristal,
       y el frío fulgor de la luz bostezaba al mundo,
y ese momento frívolo y decoroso llegaba a su fin.
       El silencio no era siquiera el silencio,
        seguía oyéndola en la penumbra bajo el cielo sin luna.
        Con la respiración contenida sigo rebuscando dentro de ella,
       con la mente de un niño, y el corazón de caballo.
       La magia del crepúsculo se eclipsaba ante ella.

viernes, 7 de junio de 2019

MI HUÉSPED


MI HUÉSPED



Preparo papel y los útiles para escribir.
Me preparo para que hablemos de lo que tú quieras.
Cada uno en su laberinto.
Cada cual dentro de su esfera.
Hablemos del engendro de nuestro carácter,
o de ese maldito romanticismo.
Busquemos como aplacar la sed,
sin caer en el abismo de un amor enfermizo.

Estamos atrapados dentro del caos,
por el tropel de las rutinas que a diario vivimos.
Con la fuerza en contra del infortunio,
qué difícil es despejar la incógnita de tu destino.
Nuestras vidas jugadas a cara y cruz.

Desenmarañar esa madeja de entronques
que no nos deja dormir con sosiego.
Sentir en el alma ese gran peso
de todos los años de devoción suprema.
Espera un poquito y déjame acabar.

Busco en mí, un vivo anhelo,
para evadirme de pensamientos contradictorios.
No solo me mueve el deseo,
me mueve las curiosidades de tu frescura,
vivir de prestado en tu corazón,
y tus ojos acostumbrados  a la penumbra.

Aguardemos al día de mañana,
 a primera hora de la mañana antes del amanecer,
al enamorado se le abrirán todas las puertas.
Desahogado de toda circunstancia,
con la vida cogida como un racimo,
y a la mujer como mujer,
huésped indiscutible de mi camino:
“Te quiero, como cuando nos conocimos”.

lunes, 29 de abril de 2019

Episodio Nocturno


EPISODIO NOCTURNO



La noche se me venía encima,
una noche de luna airosa y flamante.
Todos mis sueños dormían
y mi mente en su papel inagotable
se despertaba en la oscuridad.

Mientras los pensamientos se me salían
mi memoria seguía jugando con los caprichos del deseo.
Esa felicidad de mis sueños con final seductor,
arrebatos de ternura,
combatir el ansia de apagar el fuego
y la aspiración insana de quererla.
Benévolo cansancio hermosear su cuerpo.

Ladrona nocturna de mis pensamientos,
mas compasiva que burlona.
Encontrarme frente a frente.
Engalanarme con la expresión dulce de su rostro.
Su boca esa irresistible necesidad
obsequio delicado de mil caricias ternuras y besos.
Ella es agua con azúcar.

Aferrado a su chispeante mirada,
voy como mariposa hacia la luz.
Sus ojos son el signo de los tiempos,
un bosquejo de naturalidad verdadera
bañados con esa apacible dulzura
de la vida a plena luz,
que lleva mi existencia por otros rumbos.

Aliviar mis días en sus días de ausencia,
vaciando de golpe mis remordimientos
y abrazando la vida sin precisar ideas.
Reconciliarme con la bendita tranquilidad
dispersa en el frío vientre.
Me siento tan alejado del mundo.

Su inesperada presencia y su boca
se me antoja una metamorfosis.
Embriaga mi mente adormeciendo mi razón.
Cautivado por su altruismo
y por apreciar las cosas tal como son,
por ese temperamento generoso
que absorbe todos mis pensamientos
cuando está cerca de mí.


Las flores van brotando en mi camino,
una realidad tan cercana a nuestros deseos.
Susurrar las maravillas de su bendita inocencia,
y oír cosas divinas de una futura reconciliación.
Reír para ver si le hago reír,
pasear por el eco de su alma
y alelado de gratitud y admiración 
 quedar encandilado.
Delirios del lujo insensato de amarla.