EPISODIO NOCTURNO
La
noche se me venía encima,
una
noche de luna airosa y flamante.
Todos
mis sueños dormían
y
mi mente en su papel inagotable
se
despertaba en la oscuridad.
Mientras
los pensamientos se me salían
mi
memoria seguía jugando con los caprichos del deseo.
Esa
felicidad de mis sueños con final seductor,
arrebatos
de ternura,
combatir
el ansia de apagar el fuego
y
la aspiración insana de quererla.
Benévolo
cansancio hermosear su cuerpo.
Ladrona
nocturna de mis pensamientos,
mas
compasiva que burlona.
Encontrarme
frente a frente.
Engalanarme
con la expresión dulce de su rostro.
Su
boca esa irresistible necesidad
obsequio
delicado de mil caricias ternuras y besos.
Ella es agua con azúcar.
Ella es agua con azúcar.
Aferrado
a su chispeante mirada,
voy
como mariposa hacia la luz.
Sus
ojos son el signo de los tiempos,
un
bosquejo de naturalidad verdadera
bañados
con esa apacible dulzura
de la
vida a plena luz,
que
lleva mi existencia por otros rumbos.
Aliviar
mis días en sus días de ausencia,
vaciando
de golpe mis remordimientos
y
abrazando la vida sin precisar ideas.
Reconciliarme
con la bendita tranquilidad
dispersa
en el frío vientre.
Me
siento tan alejado del mundo.
Su
inesperada presencia y su boca
se
me antoja una metamorfosis.
Embriaga
mi mente adormeciendo mi razón.
Cautivado por su altruismo
y por apreciar las cosas tal como son,
por
ese temperamento generoso
que
absorbe todos mis pensamientos
cuando
está cerca de mí.
Las
flores van brotando en mi camino,
una
realidad tan cercana a nuestros deseos.
Susurrar
las maravillas de su bendita inocencia,
y oír
cosas divinas de una futura reconciliación.
Reír
para ver si le hago reír,
pasear por el eco de su alma
pasear por el eco de su alma
y alelado de gratitud y admiración
quedar encandilado.
quedar encandilado.
Delirios
del lujo insensato de amarla.