viernes, 7 de junio de 2019

MI HUÉSPED


MI HUÉSPED



Preparo papel y los útiles para escribir.
Me preparo para que hablemos de lo que tú quieras.
Cada uno en su laberinto.
Cada cual dentro de su esfera.
Hablemos del engendro de nuestro carácter,
o de ese maldito romanticismo.
Busquemos como aplacar la sed,
sin caer en el abismo de un amor enfermizo.

Estamos atrapados dentro del caos,
por el tropel de las rutinas que a diario vivimos.
Con la fuerza en contra del infortunio,
qué difícil es despejar la incógnita de tu destino.
Nuestras vidas jugadas a cara y cruz.

Desenmarañar esa madeja de entronques
que no nos deja dormir con sosiego.
Sentir en el alma ese gran peso
de todos los años de devoción suprema.
Espera un poquito y déjame acabar.

Busco en mí, un vivo anhelo,
para evadirme de pensamientos contradictorios.
No solo me mueve el deseo,
me mueve las curiosidades de tu frescura,
vivir de prestado en tu corazón,
y tus ojos acostumbrados  a la penumbra.

Aguardemos al día de mañana,
 a primera hora de la mañana antes del amanecer,
al enamorado se le abrirán todas las puertas.
Desahogado de toda circunstancia,
con la vida cogida como un racimo,
y a la mujer como mujer,
huésped indiscutible de mi camino:
“Te quiero, como cuando nos conocimos”.