jueves, 5 de noviembre de 2015

desnudo

desnudo

Quiero quedarme desnudo, que nada oculte mi piel. Que mi cuerpo respire libre, como la mañana su amanecer. Poder pensar en ti sin ataduras, querer atarme a ti sin tener que pensar. Sé que mi mal es un sentimiento, y mi dolor una verdad. Tengo que huir de mi propia vida para poder llamar a tu puerta. Y expoliar las horas  que no son mías, para poder verte otra vez. Porque este sentir no se deja hilar, se enreda y es una maraña. Y me devaneo los sesos cuando tu mirada  se va alejando de mí, y emerge mi insistencia por quererte más y más. Hoy volvimos a quedar en nuestra esquina. Mil sitios donde ir y uno solo donde poder estar juntos. Porque es amarte por encima de todo, y todo es amarte. Y lo preocupante no es subir para alcanzarte, sino el miedo a caerme, y a no poderme levantar.
Puede que sea inexplicable donde nace este volcán, pero tiene la esencia del amor más inocente,  y de la fuerza del mar. Y ya no se puede escribir ningún día, sin que tus ojos estén en él. Ya no puedo andar el camino si tú no estás al final. Mi alma se acongoja y se apena si tu cielo no está en mi horizonte. Mi corazón pende de un hilo, me falta el aire y la respiración, si los sueños se desvanecen y me muerde el triste olvido.
Sueños e ilusiones juegan en mi mente como niños en el patio de su recreo. Andar desnudos por la arena, o cogerte de la mano a escondidas. Buscar tu mirada en el fondo de una película, y decirte que sí. Abrazar cada beso, besar cada sonrisa, reír con cada palabra. Verte venir soberbia subida en tus tacones, y tocar la luna por ti. Pellizcar  cada amanecer colgado de tu brazo, para tomar un café. No son los sueños, ni las ilusiones los que me hacen feliz, es poder vivir en ti y no tener que imaginar. Es porque tú estás en todos ellos, y eso no se puede discutir. No me sueltes de la mano, no quiero dejar de verte princesa, y no tengas prisa, esta historia solo acaba de empezar.


viernes, 30 de octubre de 2015

vida mía

vida mía




El otoño apenas lleva un mes con sus fantasmas de colores cayendo silenciosamente desde las arboledas. La armonía del cielo gris, y el amarillo tostado de esa alfombra natural que cubre el suelo de octubre, me pone sobre aviso de que ya está cerca el día. Ese momento en que el frio vuelve como un hijo prodigo a vivir entre nosotros otra larga temporada, en ese mismo momento pienso en cómo nos ha ido a los dos juntos. Nunca te he ofrecido nada, y te he tenido algo menos que olvidada, pero muy presente en mí día a día.
Quizás he sido demasiado egoísta por estar siempre volcado en los demás, y a ti tenerte relegada en el último lugar. Sé que debería cambiar pero soy como soy, ya me cuesta mirar por mí  y por lo que verdaderamente me debería importar. No he aprendido a decir que no y nunca he sabido cómo poder hacerlo, bueno a ti sí. Esa preocupación por el infortunio y las desdichas  ajenas, son como  vísceras  dentro de mí. Pero eso sí, mi corazón es tuyo por entero, solo te pertenece a ti. Sabes que no te he descuidado ni un solo instante aunque estuviera mirando hacia otro lado y que te he consultado hasta la más mínima decisión.  Nada ha ocurrido sin que tú lo supieras. Tú has sido siempre la primera en saber, y la única en discutirme hasta la última idea.
Sé que muchas veces me escapaba y te dejaba dormida en la habitación. En otras me inventaba cualquier excusa para no herirte, pero igualmente allí te dejaba sola en casa. No he tenido en cuenta jamás tus necesidades, y debido a nuestra intima e inseparable relación me he permitido ese pequeño desacato, abandonarte en mis continuas ausencias. Aún así he corrido siempre como un frenético, como un loco enamorado, y todo por volver a tu lado aunque solo fuese en apariencia. He querido dedicarte más momentos, pero tu complicidad y consentimiento me dieron alas para tenerte a  merced de mi naturaleza y de mis corazonadas. Sé que sigo haciendo eso que tanto odias y siempre a espalda tuya, andar por ese otro lúgubre camino de silencio y oscuridad.
Vivo a espaldas de mi mismo y de ti, mi propia vida. Vida para la que nunca he estado preparado. Prácticamente te  he imaginado sin haberte dado un triste abrazo. He pensado en combinaciones maravillosas, y todas terminan en la sola soledad. Has ido cumpliendo años separada de mí, aislada entre la nostalgia y la melancolía. Mientras yo socializaba con conocidos y extraños sobre trivialidades ajenas a mi propia piel, tú encerrabas un año más en ese corazón roto. Y entretanto que yo restaba polémica a esos problemas rancios de familia, tu apagabas por mi ese  otro puñado de velas, y metías un cumpleaños más en nuestra cuenta particular.
Vida mía, cumplir y subir un escalón más, es algo nocivo para mi forma de entender como crecer y madurar. Sería el Peter Pan por excelencia, y un incombustible y perpetuo Dorian Gray. Niño de los pies a la cabeza, soy un loco lleno de pájaros, un creador de sueños y susceptible de cualquier efecto mariposas. Sensible ante todo y por todo, y enemigo del más mínimo daño. Si alguien supiera lo que hay dentro de mí, que escondo tras esta edad inconfesable, pero nadie sabe del hombre, ni por supuesto conocen al niño. Mi vida, sigamos unidos y sumando en nuestra cuenta particular, llenando juntos de momentos únicos nuestro pequeño corazón.


lunes, 12 de octubre de 2015

arte

a r t e

           


No es un descubrimiento poder imaginarte, ni pensarte en cada momento  igual que respirar. Concebir la ilusión de  fantasear, e inventar ese mundo de cristal donde poder quedarte junto a mí.
         No me ha sido difícil saber de ti, tratarte y conocer esos detalles tuyos que te hacen distinta a todas las demás. No he de dibujarte porque existes y eres tan perceptible, tan real. Puedo admirarte con sólo verte reír, o tocando tu piel con la punta de mis dedos, sin ni siquiera apenas rozar.
         Ese miedo natural a coquetear como un tonto, esa necesidad de conquistarte como si fueses un imposible, perder hasta el último aliento en conseguir enamorarte. Ser un galán en el arte de la seducción para persuadir y atraerte, para amarte y  poder querer quererte.
         Llegar a extrañarte cuando te estoy abrazando, y desterrar todo esos miedos cuando no te puedo ver. Arañarte  un trocito de tu tiempo para mordisquear tus besos y beberme la esencia de tu maravilloso ser. Quiero permanecer confinado dentro de tu corazón, y buscarte de dentro a fuera y de fuera a dentro.
         Quisiera tu consentimiento para poder soñarte cada vez que te escribo, y sentarme a tu lado para acariciar tu universo con mis ingenuas palabras. Descubrir ese trocito  que acunas en tu interior, y escucharte cada vez que respiro tus latidos. Esperar encontrarte cuando no encuentro a quien espero. Vivir tus andares y que bailes mis requiebros, que mirarte sea mi mundo, y tu mundo mi paradero.

domingo, 4 de octubre de 2015

PRINCESA

princesa

                Al final me he decidido,  haciendo honor a ese valor que me caracteriza, y aquí estoy.  Sé que me despedí con el adiós de unos extraños, te pido perdón. Pero me cuesta tanto abrirme en situaciones extremas. Y la de estos días no eran las más propicias.
A pesar de ello tenía que decírtelo. No podía cerrar la puerta sin más.  He buscado la forma menos fría y más cercana al corazón, para hablarte. Las palabras que salen bombardeadas desde mi interior, se rompen contra mi pecho, y ahogan el poco aliento que aún tengo.
                He hecho un largo camino entre sueños, recuerdos y penalidades. He soportado miedos que desconocía tener, y que aún conviven conmigo. He enfrentado mis sentimientos a tu no saber nada de mí. Aún así, no quiero ser una piedra en el camino, y menos un problema que resolver.
Pero si alguna vez me has mirado a los ojos, y sé que lo has hecho de verdad, sabrás sin decirte ni una sola palabra que siento por ti. Hay cosas que no necesitan explicación, solo entenderlas con una mirada sincera. La mía contigo siempre lo ha sido, y así seguirá.
                 No puedo permitirme ser lo que no soy, ni estar donde no puedo. No soy un superhéroe. Es difícil tomar una de las decisiones más importante de mi vida. Soy dueño y responsable de mi propio fracaso. Y sé que me quedará un amargo vacío cuando yo mismo cierre la puerta a la ilusión y al deseo de encontrarnos. No quiero que cambies, ni que salgas corriendo en busca de mí, no! Aunque sea inevitable quedarme sólo, ten siempre presente en tu corazón, lo que ya te quiero sin tenerte a mi lado. Tequiamo princesa.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Un dia de playa

un día de playa   



               
No era la hora más propicia, pero ella ya estaba esperándole en aquella esquina, impaciente como si fuera la primera vez. El momento iba a ser un acontecimiento singular, algo  insólito y con un halo de misterio. Donde se unirían los recuerdos, la emoción de volverse a ver y estar juntos, y la sorpresa por descubrirse el uno al otro. Ella le aguardaba contenta. La esquina se había convertido en un punto clave para ellos, aunque nada sosegado, al ser una calle de mucho paso. Él con sus pies de plomo y algodón, se dispuso a cruzar el umbral de la calle, envuelto en su silencio. Iba a su encuentro, con la mirada ilusionada y con el brillo de una dulce locura. Seguía inseguro y temeroso de sí mismo. No era un alma en pena, pero tenía el corazón dividido entre un futuro sin respuesta y un ayer desconocido. Pocos pasos y mucha tensión emotiva, le separaban de un día inolvidable. No querían ni necesitaban demasiado para poderse juntar. Unas miradas que se buscan con celo y una licenciosa sonrisa, era su saludo más habitual.  
             El día parecía inquieto, pero la hermosa vista que tenían del mar, descartaba cualquier atisbo de que este día empeorara. La playa aún dormía, y las máquinas ya habían borrado todas las historias ocultas en cada una de las miles de pisadas del día anterior. El sol salía fulgente, brillante y único entre las gruesas nubes blancas. Un goteo de personas recorrían la orilla de un extremo al otro de la playa, pero apenas su presencia se notaba. No era un lugar restringido, pero ellos parecían estar en su paraíso. Ella se colgó de su brazo apretando su cuerpo contra su pecho.  Le encantaba ir colgada de él, y le miraba girando un poco la cabeza, enseñándole una sonrisa de alegría. El mar estaba algo alborotado. Las olas se sublevaban, y se encaramaban al cielo del horizonte, elevándose con brío. El oleaje mostraba su estampa más bella, de blanco y turquesa.
            Caminaron sin prisa, buscando un sitio o todos. En su caminar, llegaron a la altura de la caseta de madera, habilitada para el socorrista de la playa. Dentro de ella una pareja muy joven se besaba, envueltos de una naturalidad insultante, y con su noble inocencia como prueba de su amor. Sin dejar de andar, dejaron de ser unos testigos curiosos, la instantánea de la caseta les hizo que se abrazaran con más fuerza si cabe. Decidieron quedarse unos metros más allá, sin perder de vista la caseta del socorrista. Nada ni nadie les  hacía sombra.
Colocaron la toalla sobre la basta arena, y ella mostró su piel bajo aquel básico bikini. Él se quedó desnudo tras una toalla que ella sujetaba entre los dos, aprovechando el improvisado biombo para ponerse el bañador. Fue menos de un minuto, pero se quedó desnudo en una playa casi desierta, algo impensable para él.
             Se sentaron juntos de cara al mar, nunca antes lo estuvieron. Ni juntos en una playa compartiendo toalla, ni siquiera juntos. Se cogieron de la mano sin dejar de contemplar como aleteaban las olas en la orilla, y se miraron. Nunca antes se habían visto con el corazón, y ahora con la piel erizada y un sentimiento difícil de contener, clavaron sus ojos el uno en el otro. Era un sueño sin haberlo soñado, eran la Debora Kerr y el Burt Lancaster en “De aquí a la eternidad”. El beso surgió como una ola, de lo más natural, nunca antes se habían besado. Ella le dio cobijo en su pecho y abrazándole suavemente le observaba como a un niño. Así estuvieron un buen rato, y el tiempo dejo de ser para no ser y serlo todo. Decidieron bañarse pero la mar obsesionada se obstinaba en aguarles la fiesta. Nunca antes se habían bañado juntos casi en las mismas aguas. Y ahí estaban semidesnudos, ceñidos por la cintura, y rodeados por las agitadas olas. Se fundieron y moldearon un solo cuerpo en una sola piel. La mar era testigo de un amor sencillo e inocente sin posibilidad de dudas. Un amor inevitable en el que no había ganas de estar con nadie más. Donde las palabras eran acalladas por la tierna y delicada pasión.  Donde las palabras sobraban y ellos dos se entendían con el silencio de sus miradas. Donde las palabras no podían explicar, ni el mundo entender que había entre ellos. Solo ellos lo sabían y era lo necesario para tener un inolvidable día de playa.

domingo, 13 de septiembre de 2015

IMPOSIBLE

imposible



Imposible,
escribir dos renglones torcidos
sobre las olas del mar.
Imposible despertar aquel amor inalcanzable,
que oculté cuando niño.

Imposible,
contar las estrellas,
que brillan en la noche y en su oscuridad.
Imposible morder el tiempo y su esencia,
para poder ir hacia atrás.

Imposible,
escribir, despertar y morder
hacer posible este imposible,
que el tiempo no quiere deshacer.

Imposible,
poder abrazar con fuerza al viento,
y no dejarle escapar.
Imposible seguir viviendo la ausencia de ese gran amor,
y  tenerle que olvidar.

Imposible,
ver la cara oculta de la luna,
y qué esconde su oscuridad.
Imposible seguir con este sueño inevitable,
que no me deja respirar.

Imposible,
abrazar, vivir y soñar,
hacer posible este imposible,
que el tiempo no deja cambiar.






jueves, 10 de septiembre de 2015

el domingo

el domingo

               
                Domingo, domingo, bendito domingo. Ese trocito de la semana que a todos nos gusta. Esas veinticuatro horas de lujo, en el tiempo de descuento. Es la recompensa, por el trabajo trabajado el resto de los días, en la línea de sucesión. La fiesta del creador. Es el día en el que el astro sol, no debe faltar a su cita, y trabajar a pleno rendimiento para hacer de éste el mejor de todos. Ya que todos  esperamos al domingo para hacer un poco de todo, y un mucho de nada.
            Recuerdo esos domingos de cuando aún era un niño. Mi madre me despertaba de manera diferente, que en los días de diario. Y te preparaba para cosas que a día de hoy sigo sin entender. Te embutía en una ropa, que guardaba con cierta exclusividad, para los bonitos domingos o para algunas de esas fiestas de guardar. Aquella ropa estaba planchada en exceso, y en exceso picaba, y para suerte mía, en exceso no me quedaba bien. Iba acartonado en exceso, como un maniquí. Y en exceso vigilante, de no manchar la ropa de los domingos y fiestas de guardar. Todo inmaculado y dispuesto para misa de once. Recuerdo que me pasaba toda la misa contando de todo, personas, baldosas, escayolas,…no iba siempre, pero cuando iba, no sé por qué lo hacía.
            Algo mágico de los domingos, era el olor que venía de la cocina, una olla hirviendo de chocolate espeso. Y ver llegar a mi madre del mercado, con aquella rueda en espiral, caliente y recién hecha, las porras. Lo demás el placer de mojar, y el gusto de saborear. Al medio día, ir a buscar un pollo asado para comer, era lo habitual. Hoy sigue siendo un clásico, no cocinar. Y perder la mañana hasta la hora de comer, paseando por los puestos del mercado, otro clásico. Antes se extendía por las calles del barrio, dándole unas pinceladas de tradición y encanto. Hoy reagrupado y con un orden lógico, se levanta y se desarrolla, envueltos en la fascinación y en el atractivo de una gran superficie. La masificación de gente nunca me gustó, y el mercado era un ejemplo vivo. Aun así, no sé por qué lo hacía, y andaba entre tanta gente junta.
           El fútbol no se entiende sin el domingo, ni el domingo sin el fútbol. Y a mí nunca me ha fascinado el balompié, y menos soportar la tensión y la ira contenida, que se descarga en cada partido. A pesar de ello iba muchas tardes de domingo, a ver jugar al equipo local, y deleitarme con los improperios, el vocerío, y la ira, ya no tan contenida. Confieso, que no sé por qué lo hacía. En cambio el cine sí que ha sido una de mis debilidades. Y pasar de tres a cinco horas dentro de la sala, para ver dos películas un domingo por la tarde, no se me hacía pesado. Aunque no lo  hacía, lo que a mí me hubiera gustado. Las tardes de domingo no eran espectaculares, fútbol  de andar por casa,  películas a granel, y estar en la 17. El 17, es el número de una habitación, pero no la de un hotel. También es  la hora para encontrarse, una casualidad. Y una buena edad, frontera entre no tener responsabilidad, y casi ser mayor. Un sitio, una hora, y un grupo de amigos de colegio, que comparten amor, juegos y penas. Un bonito final, para aquellas tardes de domingo.

viernes, 28 de agosto de 2015

búscame

búscame

Búscame en tu mirada,
que no quiero volverme a perder.
No me dejes con otro amanecer,
despojado,
sin ver tu cara.
Búscame en tu boca,
y no me dejes respirar.
que tus labios me echen de menos,
y los míos te quieran besar.
Búscame en tus ojos,
pero búscame de repente,
sin pensarlo.
Sácame pronto, de entre toda esta gente,
creo que me estoy,
de nuevo,  enamorando.
Búscame en tus sentidos,
y escucha el sonido perfecto,
mi corazón y su batallón de latidos,
de ese amor tuyo,
que siento por defecto.
Búscame en tu piel,
del derecho y del revés.
Debajo de cada uno de tus poros,
dentro de tu ser, mi ser,
colarme en tu todo.
Búscame en tus dedos,
que me acarician el alma, y me abren el cielo.
Los que me hacen perder la razón,
cuando dibujan mi amor,
en la piel de tus senos.
Búscame en tus pies,
desnudos por  la arena.
Sueñan dormidos, sueñan correr,
en una playa, azul y serena.
Búscame donde siempre,
detrás de aquella luna, y del sol naciente.
Embobado con las olas y el mar,
o sentado en una cita,
esperándote, impaciente.
Búscame dentro de ti,
y encuéntrame.

domingo, 23 de agosto de 2015

Sin explicacion

Sin explicación

           
            No creo que nadie lo entienda, pues hasta para mí, es complicado de explicar. No pretendo que nadie lo entienda, pues es una cuestión, que va más allá de lo personal. No deseo que nadie lo entienda, para que no deje ser, lo que ya es. No es un secreto inconfesable, ni un problema por resolver. No es un enigma del corazón, es algo tan sencillo como difícil a la vez.  Y por ello vivo mí día a día, sin tener nada que decir. Vivo lo que siento, callado de ante mano, sin palabras que añadir. Realidad o sueño, ella, es solo parte de mí.

            Esperar paciente el tiempo que sea necesario, para ver su sonrisa, cruzar la puerta de mi ser. Ver como se acerca hacia mí, bajándose de sus tacones. Descalza y de puntilla, agarrada a mi cuello, dejar que me susurre al oído, sin palabras, un infinito te quiero. Sus manos manosear, y su boca tapar mi respiración. Es remover sin azúcar, un café, embobado en su mirada. Y si no tengo nada que decir, poderla besar. Sentada sobre mí, con el pecho descubierto, desahuciar el tiempo de nuestras vidas, y nadar mar adentro. Es jugar cómplices de la oscuridad, hasta ver la felicidad, en la luz de sus labios.  Es respirar por su piel, el excitado tañido de mis latidos. No importa el lugar, ella lo hace diferente. Improvisar, cogerle por la cintura y bailar  “Stay” de Jackson Browne. Te hace perder el alma con quererte rozar. Es un ángel que te hace volar, olvidarte del mundo entero, y sentir lo loco que estas, por todos sus huesos.

            Aunque lo parezca, no somos novios, no. Decir que somos, tiene su dificultad, nadie lo va a entender. No somos novios, y nos amamos sin final. Nos extrañamos cuando nos vemos, y cuando nos echamos a faltar. Es mi felicidad, y lo es todo para mí. Es la razón de mi vida, y es ya parte y todo de mí. Pero no somos nada. Son cosas que pasan, y no se pueden explicar. Solo ella y yo, nos entendemos, no hace falta más.



viernes, 21 de agosto de 2015

CON RAZÓN

CON RAZÓN



Este corazón mío,
está de nuevo acelerado,
y no es la primera vez,
que buscando tu trocito de cielo,
 se apresure por encontrarte,
sabe bien, que te quiero
conmigo, a mi lado.

Tu pequeño corazón,
se alegra, con esta nuestra historia de amor,
el cariño de toda una vida,
 que permaneció perdido y olvidado,
y ahora renace como ave fénix,
 con tu querer recuperado

Corazón,
yo solo quiero verte reír,
con algún momento ocurrente,
 sorprenderte, cuando sé que ya no me esperas,
y que te conmuevas,
con las cosas que te voy a decir.

Con razón,
 o sin ella, siento  una dulce locura.
Un amor que guarda dentro su dolor,
una envidia, por querer atarme a ti.
Ya no quiero dar abrigo a la amargura,
deseo verte, sentirte, formar parte de ti.



sábado, 15 de agosto de 2015

AMARTE

AMARTE



Déjame ver tu miedo,
o  ¿dime porque te vas?.
Hoy has vuelto a hacerme la misma pregunta,
y ya no se bien que contestar.

Me ahogo en mis emociones,
solo con ver que ya te has ido.
Mis ojos temblorosos y heridos,
no han dejado de llorar.

Quiero subir a nuestro rincón,
y poder tocar  tu cielo.
Quiero pintar mis labios,
con el cálido sabor de tus besos.
Quiero abrazarte contra mi piel,
buscando las caricias de tus manos.
Sueño con ver tu amanecer,
y nadar, sin rubor, entre tus sabanas.

Pones de nuevo tu luz
en el centro de mi vida.
Enciendes esa llama
que cicatriza mi amargura
Y es que nadie te podrá querer nunca,
más allá del amor que yo te tengo.
Nadie estará jamás a la altura,
de este tu primer amor,
que te ha amado siempre con locura.

Quiero subir a nuestro rincón,
y poder tocar  tu cielo.
Quiero pintar mis labios,
con el cálido sabor de tus besos.
Quiero abrazarte contra mi piel,
buscando las caricias de tus manos.
Sueño con ver tu amanecer,
y nadar, sin rubor, entre tus sabanas.

Nadie estará jamás a la altura,
de este tu primer amor,
que te ha amado siempre con locura.

viernes, 7 de agosto de 2015

TIEMPO

TIEMPO



Nunca,
en sueños te quise pedir nada,
y es ahora y aquí,
que tampoco lo podría hacer.
Soñé despertar contigo cada  mañana,
y ya perdí la cuenta,
de tomar sólo el café.

Después,
de volver  a ver tus ojos mirarme,
y despojar  mi piel
 de ese rancio pasado,
por fin perderé la sombra,
 de ese mal sueño,
 y solo espero que la luna baje a arroparme.

Siempre,
tuve miedo de quererte,
y aunque empiezo a creer que te tengo,
vivo en mi propio engaño,
en esa ilusión que nunca tuve,
y en ese espejismo,
en el que sumido me encuentro.

Ahora
vivo soñando aquella realidad imaginada.
Una historia única,
 para poder ser escrita.
Una cita proscrita, en el café de la esquina,
un encuentro acallado
como si los años no tuvieran pasado.

Hoy,
aunque el cielo me ha sonreído,
la fortuna viene con sombra de fatalidad,
llueve sobre mojado,
sin haber llovido,
y la vida se descose, porque tu no estas,
entre el corazón y mi latido.

Mañana,
volverá a salir un nuevo día, y ya nada podrá ser igual.
Ya no tengo miedo a fallar,
tengo miedo a no intentarlo.
La vida tiene dos caras,
 y un solo camino,
y esta mano de nuevo, la juega el destino.





sábado, 18 de julio de 2015

jícara

jícara

         Se ha roto. Al final se quebró, y no tenía por qué acabar así. Sabía que antes o después iba a pasar. Aunque confiaba en su fortaleza, y en la pasta de la que estaba hecha, no creía  que al final acabara hecha pedazos, y yo con ella. Siempre tuve mucho cuidado, la trataba bien, con mimo. Llevaba tantos años con ella, la quería tanto, que era imprescindible en mi vida, sin ella no podía empezar el día. Algunas mañanas al levantarme, la buscaba alarmado cuando no la veía. Cuando no sabía dónde estaba, el mundo se me venía encima. Siempre hemos tenido algún susto, pero nunca nos vinimos abajo. Aunque puede que de un tiempo acá, la estuviera descuidando.
            Recuerdo cuando la primera vez que la vi, tras los cristales de aquel escaparate, me llamo la atención por ser muy diferente al resto. Había visto muchas, pero ella me pareció única. Me enamore, fascinado y encaprichado como un niño. Algo así como un flechazo. No dude en que se viniera conmigo a casa, y así fue. Me encantaba tenerla allí, cerca de mí, conmigo. Amanecía junto a mi cada mañana. Tenía una cita obligada con ella a media mañana, y en mitad de la tarde. Y llegada la noche, eran sublimes los momentos en su compañía. Habíamos compartido todo tipo de confidencias, nos emocionábamos juntos con todo aquello que a mí me pasaba.  No tenía secretos para ella. Y ella lo era todo, tenía un desmesurado valor sentimental para mí. Puse toda mi vida en el fondo de su corazón.
            Sé que he sufrido un cambio de actitud. Sé que, de un tiempo acá, convivo con ciertos malos hábitos. Este mal vivir, han desembocado en un día a día diferente, para mí vida. Llegue a distanciarme poco a poco, atraído por otras sensaciones. Empecé a dejar de compartir con ella, a pasar por su lado con cierta indiferencia. No me olvide de ella, pues sabia, que siempre estaba ahí para mí. Pero el daño ya era casi irreparable. Siempre pensé que le cuidaba con delicadeza, que le trataba como a ninguna otra, que no iba a reemplazarla, ni a apartarla de mi lado. Me equivoqué. Era la pieza más importante de mi vida, difícil de sustituir, esencial, y no supe sujetarla a tiempo. Se me escapo de entre los dedos.
            El mal ya estaba hecho. Intentar recomponer los trozos, cómo en un puzle, era una tarea casi imposible. El daño colateral, y las heridas, habían venido para quedarse. Las lamentaciones eran inoportunas e ineficaces. Nunca pensé que una pequeña taza, supondría tanto, era como un tótem que me protegía. Pero mi manera de conducirme, y mi habitual dejadez, deterioraron ese vínculo, dejándome solo y desprotegido. A veces y con más frecuencia, hacemos lo mismo con las personas que nos quieren, provocando situaciones mucho más dolorosas. A fin de cuentas, le tenía cariño a esa pequeña taza,  pero está muy lejos de sufrir mis desmanes, como los que ocasionaría a alguna de las personas a las que más quiero, actuando de igual forma con ellas.


jueves, 9 de julio de 2015

sin rumbo

sin rumbo


Hoy el día no se ha querido vestir,
ni siquiera me ha mirado,
 parecía perdido, desamparado.
Quise preguntarle  la razón,
y permaneció en silencio, callado.
El sol amaneció con pocos amigos,
 y me ha querido deslumbrar
para que no vea el camino.
Se le veía airado, sin poderlo evitar,
quise preguntarle la razón,
y permaneció en silencio, callado.
La luna me sonreía, había trasnochado.
no pudo ocultar sus suspiros,
sus lamentos de haber llorado.
Quise preguntarle la razón,
y permaneció en silencio, callada.
Andaba confundido y desconcertado,
y  me fije en el horizonte,
un barco  sin rumbo, varado.
Quise preguntarle la razón,
y permaneció en silencio, callado.
Perdido y desamparado,
airado y con pocos amigos,
riendo después de haber llorado,
sin rumbo, varado, y confundido.
Quise preguntarme la razón,
y permanecí en silencio, callado.


domingo, 5 de julio de 2015

Quijote

Quijote


Me veo como un gran reserva,
más que por mi valía, por ser único en mis rarezas.
Suelo meditar mucho, incluso después de pensar,
y tengo enquistado desde mi primer ardor,
una viva imagen, que no puedo borrar.
Hoy me eche al mundo con peor amanecida que ayer.
Cogí mi mochila, y metí lo más necesario,
quisiera reescribir mi pasado
y partir en busca de esa mujer.
Brujas, salteadores y charlatanes,
aguardan poder verme en medio del camino,
ni ellos mismos saben bien lo que son,
como para querer formar parte de mi propio destino.
Quiero empujar el tiempo perdido,
empujarlo hasta aquel ayer,
echarlo tanto hacia atrás,
que ni yo mismo recuerde que día es.
Demasiados males y contratiempos,
demasiados pesares para este pobre Quijote,
que lucha por un amor a destiempo,
y que tiene perdida la suerte de este capote.
Volver a empezar  desde aquel primer día,
en que los latidos se adueñaron de mi vida,
es un delirio, una cruel fantasía,
es un corazón hastiado por una herida.
Dibujar con los pies desnudos por la arena,
mirar las olas del mar,
y sentir la calma de sus sonidos,
contemplar al sol despuntar,
y poder olvidar lances, gigantes y molinos.

martes, 23 de junio de 2015

Mal sueño

Mal  sueño


Tengo un pesado sueño,
una pesada losa, una rueda de molino.
Quiero poder despertarme, y  salir de este abismo.
Pero siento que no estoy soñando,
que no  estoy dormido.
Quiero pensar en algo, en porqué no vivo.
Siento que en mí, todo está cambiando,
pero aun así, me siento confundido.
No entiendo lo que ya sé,
ni se ver lo que ya he visto.
Las palabras se aglutinan en razones sin sentido.
Quiero dejar de escapar,
 no sentirme perseguido.
Acabar con esta ansiedad, y empezar con el olvido.
Es noche de san Juan,
y quiero pedir un deseo, algo pequeñito,
la felicidad de todos juntos.
y  que mañana al levantarme,
este mal sueño, no haya sucedido.


lunes, 22 de junio de 2015

Amor Imposible

Un amor imposible



Imprudente y disparatado,
he pecado siempre de pensar en lo imposible,
y de crear multitud de momentos imaginarios,
aun así, soy de lo más comprensible.

Es improbable que la vida nos vuelva a juntar,
y que nuestros nombres se vayan a unir,
pero mis sueños no tienen fin,
y bregan sin descanso, por una historia sin final.

Cada vez que puedo, busco no estar triste,
y sin ninguna razón, voy a verle por sorpresa.
Desde aquel banco, cubierto de tiempo y salitre,
no sé si hablarle sin hablar, o mirar su grandeza.

Tiene su  corazón abierto de par en par,
su mirada  azul,  profunda como un sentimiento.
Me encantaría poder bailarle las aguas,
pero me falta valor, y atrevimiento.

Tiene una fuerza misteriosa,  que te atrapa,
que te seduce como un canto de sirenas,
que te sumerge en su mar de caricias,
que te ilumina y te enamora, y se hace tu dueña.

Quisiera hundirme en el abismo de sus deseos,
zozobrar a la deriva, en el relente de su piel,
quisiera naufragar  mi alma, en el mar de su boca,
y navegar los siete mares, en busca de su ser.