Quijote
Me
veo como un gran reserva,
más
que por mi valía, por ser único en mis rarezas.
Suelo
meditar mucho, incluso después de pensar,
y
tengo enquistado desde mi primer ardor,
una
viva imagen, que no puedo borrar.
Hoy
me eche al mundo con peor amanecida que ayer.
Cogí
mi mochila, y metí lo más necesario,
quisiera
reescribir mi pasado
y
partir en busca de esa mujer.
Brujas,
salteadores y charlatanes,
aguardan
poder verme en medio del camino,
ni
ellos mismos saben bien lo que son,
como
para querer formar parte de mi propio destino.
Quiero
empujar el tiempo perdido,
empujarlo
hasta aquel ayer,
echarlo
tanto hacia atrás,
que
ni yo mismo recuerde que día es.
Demasiados
males y contratiempos,
demasiados
pesares para este pobre Quijote,
que
lucha por un amor a destiempo,
y
que tiene perdida la suerte de este capote.
Volver
a empezar desde aquel primer día,
en
que los latidos se adueñaron de mi vida,
es
un delirio, una cruel fantasía,
es
un corazón hastiado por una herida.
Dibujar
con los pies desnudos por la arena,
mirar
las olas del mar,
y sentir
la calma de sus sonidos,
contemplar
al sol despuntar,
y
poder olvidar lances, gigantes y molinos.
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