AIRUN
Recibí una llamada por whats
aap, lo deje todo y me fui con paso acelerado. Bajaba la calle, con una torpe
respiración. Miraba hacia todos los sitios, mientras intentaba llegar al punto
de encuentro, queriéndola ver. Lo
recorrí todo dos veces, mezclándome entre la gente. Y no vi a nadie.....
Le miraba una y otra vez, pero
no me decía nada. El tiempo se consumía, y pronto debía de regresar. La espera
se hacía eterna. El móvil guardaba un silencio sepulcral. El movimiento de
gente era espeso, mi atención se perdía entre el gentío. Volví a ponerme en
movimiento. Me dirigí al centro de la calle, girando la cabeza a ambos lados,
para no perder mi ángulo de visión. Y no veía a nadie...
Nadie me daba razón del sitio
que buscaba. El teléfono seguía obstinado con su silencio. Pensé en una broma
pesada. Seguí agitando la mirada, cuando le vi, junto a la esquina tras de la
farola. No me vio, y acelere mi caminar, hacia su encuentro. Se encendía un
cigarrillo, al levantar la cabeza su mirada se tropezó conmigo. Su emocionada
alegría, me empujo a correr en su busca. Sus brazos, ansiosos, ya me esperaban
abiertos. Nos fundimos en un molde. Los
besos nos llovían. Tal era la emoción de nuestro encuentro que no vi a nadie...
No cruzamos ninguna palabra. La
fuerza nos condujo a un bar cercano. Todo se escribía con la complicidad de las
miradas. El tiempo se fue consumiendo, sin poder remediarlo. Dos bebidas y una
carta encima de la mesa cerraban el momento. Airún abrió el sobre, sus ojos
reflejaban la alegría de lo que estaba viendo. La instantánea del sobre
recogía las emociones de las últimas semanas.
Era inevitable, la despedida no se hizo
esperar, pero ya nada borraría ese momento tan especial para ambos.
Salimos de nuevo a la calle. El
silencio acompañaba nuestros pasos, en busca de ese forzoso adiós. El momento
se rompió con un emotivo abrazo, nos estremecimos deseando que fuese eterno.
Nos miramos temblorosos, un tierno beso en la mejilla, ahogaba el último minuto
juntos. Nos separamos sin perdernos de vista, andando en direcciones opuestas.
El pasado ya se fue, lo que esperamos aún estaba por venir, pero el presente
era nuestro aunque fuese tan efímero. ¿Cuándo seria la próxima vez? Hasta siempre.
La Canonja 21 Diciembre 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario