Querida
Melcar:
Lamento
no haberte dicho nada en tanto tiempo. Me sentía perdido, tan solo acompañado
de un sentimiento roto, fruto de mi impericia y mi juventud. Anduve torpemente,
herido por un cumulo de indecisiones. Me encontraba un poco loco. Aunque
siempre supe dónde estabas, sigo creyendo que algo fallo. El tiempo fue
cubriendo el camino, y esperar fue una quimera, una pesadilla, una sin razón. No tuve el valor de romper mi silencio
y dar el paso necesario, para ir en tu busca. Pido perdón por dejarte entrar en
mis sueños, y hacerte mi cómplice, a sabiendas de tu desconocimiento.
No es fácil despertar, y ver la soledad,
desayunando contigo cada mañana Pido perdón por no haber tenido una palabra,
para decirte lo que siento, desde que mi sufrir es tu latido. Perdona mi atrevimiento, por querer estar
junto a ti, y afianzarme con todas mis fuerzas a este deseo. Ya no entiendo
este caminar, si no vamos juntos. Poder perderme en la profundidad de tus ojos,
equivocarme con cada palabra, sufrir cada momento tuyo. No, yo no quiero
riquezas, quiero bailar contigo, susurrarte, cerrar los ojos, y seguir
fascinado como el primer día.
1 comentario:
És precioso.
No sé a quién va dirigido o si va dirigido a alguien, pero estoy segura que cualquier mujer que lo lea pensará que és para ella.
Publicar un comentario