Un
amor imposible
Imprudente
y disparatado,
he
pecado siempre de pensar en lo imposible,
y de
crear multitud de momentos imaginarios,
aun así, soy de lo más comprensible.
Es
improbable que la vida nos vuelva a juntar,
y
que nuestros nombres se vayan a unir,
pero
mis sueños no tienen fin,
y bregan sin descanso, por una historia sin final.
Cada
vez que puedo, busco no estar triste,
y
sin ninguna razón, voy a verle por sorpresa.
Desde
aquel banco, cubierto de tiempo y salitre,
no sé si hablarle sin hablar, o mirar su grandeza.
Tiene
su corazón abierto de par en par,
su
mirada azul, profunda como un sentimiento.
Me
encantaría poder bailarle las aguas,
pero me falta valor, y atrevimiento.
Tiene
una fuerza misteriosa, que te atrapa,
que
te seduce como un canto de sirenas,
que
te sumerge en su mar de caricias,
que
te ilumina y te enamora, y se hace tu dueña.
Quisiera
hundirme en el abismo de sus deseos,
zozobrar
a la deriva, en el relente de su piel,
quisiera
naufragar mi alma, en el mar de su boca,
y
navegar los siete mares, en busca de su ser.
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