Entre dos aguas
Hoy
te vi de pasada, caminabas.
Parecías
tan desorientada,
que
no reparaste en mí, porque algo te preocupaba.
La
cara no te pude ver, pero sé muy bien que llorabas.
Las
lágrimas, agarradas a tus ojos,
ya
no quieren salir.
No
quieras estar sola, sabes que me tienes aquí.
El
sol del mediodía,
no
asegura que no vaya a llover,
ni
que un día tormentoso, sea aciago
también.
No, no puede ser,
que
solo yo lo pueda ver.
Mi
alma se muere, de ver tu cielo
atormentado.
Y mis
ojos se cierran
porque
tengo miedo,
de que no estés en ningún lado.
No
soy la mejor mano, en esta partida de cartas,
ni
esa carta que esperas leer.
Seré
almohada y corazón,
un amigo eternamente, ese inesperado abrazo,
un
sueño para tu mente.
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