sábado, 2 de enero de 2016

perdido

perdido

Habían regado las calles y la siesta ya tocaba a su fin. Era el primer día de fiesta y todo el mundo empezaba a bajarse para la plaza.  Todos menos yo que andaba perdido, o eso pensaban mis padres que me buscaban desesperados. Eran las fiestas de agosto y entre tanta gente me perdieron de vista, desaparecí. Todo el mundo haciendo una batida para encontrarme, incluso me anunciaron por la megafonía de la iglesia. No andaba por la plaza, ni en las atracciones, en ningún sitio. Todos agobiados por la búsqueda de este niño, pero a nadie se le ocurrió mirar en mi propia casa. Si, allí estaba yo perdido, perdido en un profundo sueño. El cansancio me pudo y caí en los brazos de Morfeo. Era pequeño y no era consciente ni de horas, ni de fiestas, ni de que me andaban buscando. Sueño o pesadilla estaba felizmente dormido sobre mi cama. Perdido en un sueño, extraviado en cualquier lugar, desorientado entre la multitud debido a mi corta edad, era casi mi forma de ser andar solo y olvidado.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Ahora mismo sé que no estoy sumido en un sueño que estoy bien despierto y desde muy temprano. En este momento sé muy bien donde me ubico y por donde ando. Pero a pesar de ello me siento perdido. Dicen que nada dura eternamente, pero yo creo que algunas cosas sí. Perdí hace muchos años subir a unos de esos trenes que pasan una sola vez en la vida. Quizás porque no supe cómo hacerlo, o pensé erróneamente que no era para mí, y lo deje pasar. Siento estar perdido, pero no como aquel día, porque hoy sé que me falta algo. Esta vez no me he perdido yo  sino mi sitio, donde podría o debería haber estado. Puede que el tren haya vuelto a pasar. Puede que me haya bajado en marcha. Puede que siga siendo el mismo de siempre, y siga queriendo vivir el mismo sueño de aquel verano. Un sueño del que nunca quise despertar. Dicen que hay que perderse para encontrar el camino, yo estoy en el camino y lo que deseo es encontrar mi sueño.  Ese sueño es mi verdad, es lo único cierto en la mentira que vivo día a día. Me siento agotado y vencido, con un enorme vacío. Porque mi tren, ese tren que pasa una vez en la vida se ha vuelto a llevar mi sueño. Vuelvo a estar olvidado y perdido.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Siempre hay que estar atento, para coger nuestro tren

Unknown dijo...

Siempre hay que estar atento, para coger nuestro tren