miércoles, 14 de mayo de 2014

Añoranzas

Añoranzas


Tumbado aquí, no importa donde sea, miro hacia arriba y me dispongo a dar rienda a mi insólita fantasía. El tiempo se detiene, porque así lo deseo. Las piernas relajadas, descansan independientes, sin esfuerzo. Los dedos de los pies, señalan pacíficos el firmamento, a pie juntillas y sin ánimo de dar un solo paso. No quiero ver el cielo, ni poner nombres a las nubes. Quiero, no ver en modo alguno, lo que en pie derecho me enseñan mis ojos. Guardo las pupilas, y aprieto con fuerza los parpados, intentando ver imágenes imposibles. Cierro mis labios, igual que cuando tomo una decisión importante, queriendo forzar una palabra que no quiero decir. Muerdo mis dientes, rechinando una risa cortante, pero sin estar en modo alguno enfadado. Espero unos segundos, concentrado en mis latidos, para no oír nada más que mi corazón marcando un ritmo descarado, sin congoja. Los puños cerrados con fuerza, aferrados a un sueño gris oscuro. Abrazándome a mí mismo, sin más vestiduras que este achuchón, me dispongo a viajar acompañado de mis añoranzas. No estoy solo, en esta soledad. Me siento arropado por esos maravillosos recuerdos, que se muestran cada vez que sueño los ojos. Me ilustran y me guían, ante las dudas y las preocupaciones, que asolan mi respirar. Es una historia no escrita y que no quiero echar en el olvido. Ellos, ella el, es el origen de mí andar por esta bonita vida. Me siento vivir.

No hay comentarios: