sábado, 12 de julio de 2014

Ese abrazo final

Ese abrazo final


Una idílica playa de aguas cristalinas, una espectacular chica que rompe moldes, una música que te envenena y te seduce a la vez con su mensaje subliminal, ingredientes perfectos para un sensacional anuncio, que nunca llegaran a hacerle sombra.  Yo ya deje de tenerle miedo, pero su mirada seguía siendo inquietante. Sus ojos inertes, esculpidos en piedra,  no dejaban de seguirme a cada paso que daba, sin dejar de observarme. Su cálida frialdad, calaba mi falsa piel de cordero,  y  su férrea personalidad dominante, no dejaba lugar para saber que estaba pensando. Su estridente silencio se hacía con mi valentía, paralizando esa frágil voluntad que apenas tengo. Tiene el cabello largo, rubio dorado, tirabuzones quinceañeros henchidos de sol. Su solo reflejo, deslumbra la mirada más invidente. Descansa en su sillón, dominando cual reina, el aire que se respira. Sus marmóreas manos, duermen abiertas sobre los encajes de su blanco vestido.   Siempre lleva un soplo de vida junto a ella, que está presente allá donde este, y que la propia vida está en ese soplo. Puede no ser un ejemplo de estereotipo, pero tiene las cualidades de una gran persona, su corazón y su humildad. Es culpable de tener a todos bajo su manto, de convertirnos en el centro de sus desvelos, aunque ella no sea el de los nuestros. Hay un pequeño rincón al que todos pertenecemos, donde nadie está excluido, su pensamiento. Tiene una debilidad, una necesidad, su punto débil abrazarte. Sin palabras, con gran sentimiento, para olvidar, no querrás separarte de ella. Solo necesitas un abrazo suyo.





1 comentario:

Unknown dijo...

Precioso. Que pena que la chica tenga los ojos inertes pero una pasada de todas maneras