Naturalidad
Hay una cosa que te quiero decir, sé muy
bien lo que siento y lo que pienso de mí, pero se con certeza que no miento,
cuando hablo o escribo de ti.
Es un momento tan único y natural,
ni mucho menos una regalía, ver al sol iluminar el amanecer de cada dia. Todo
acontece espontaneo y con absoluta sencillez, como la tranquilidad de tus
labios, tu genuina inocencia y el resplandor de tu piel. Esas cosas tan
sencillas, a las que llamamos habituales, como reírse con las cosquillas, se
hacen tan naturales. Los ríos corren y se purifican en su cauce hacia el mar, y
yo peregrino sin andar el camino, me siento divino junto a mi ángel terrenal.
Las estrellas no están al alcance del ser humano, y yo sueño despierto, por
tocar el cielo cuando me coges de la mano. Siempre la luna llena con la verdad
por delante. Esa esencia exultante sigue eterna con el cuarto menguante. Tu
presencia, un encuentro incipiente, con el cuarto creciente. Luna nueva ¿Dónde
estás?, te extraño a rabiar.
Gracias por elegirme, me siento muy afortunado, por
dejarme ser tú amigo, por dejarme estar a tu lado. Puede que no tenga razones,
y que decirlo este feo, pero mi corazón aumenta sus pulsaciones, cada vez que
te veo. Quisiera saber tus dudas, y ser tu única respuesta. Quisiera ser la
pregunta de eso que vas a decir. Qué
bonita la vida, y cuanta locura me queda, para poderte escribir.
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