Junto
al mar
Desorientado por las
incontables huellas que hay en la arena, rodeado por un ingente número de
cuerpos medio desnudos, que se mueven de aquí para allá como alma en pena, triste
por no saber disfrutar de este momento tan crudo. Puede ser cosa mía o quizá
una contrariedad, pero es pura satisfacción y una felicidad difícil de
conseguir, poder estar entre tanta gente y no verlos de verdad, bonito sueño
cerca del mar y cuando estoy junto a ti. Aun cuando estoy bien acompañado suelo
sentirme solo, estoy solo incluso estando conmigo mismo. Lejos de agraviar a
mis acompañantes, quisiera estar en el mismo polo, porque mi mente se mueve veloz
en busca de un espejismo. Hay sitios por doquier y momentos infinitos, para
evadirme sutilmente y parecer que no estoy. Uno de ellos es estar sentado junto
a la mar, si ya sé que es un mito, viendo el eterno nacer de las olas, una tras
otra y el oírlas llegar. Desde el horizonte hasta la arena mojada, se acercan
cambiando su color, vuelan juntas hermanadas bramando su canción. Buscan a
ciegas en la orilla, encontrar un soñador, regalarle una estola blanca y besar
sus pies con tesón. No hay nada más que me cautive, como es la inmensidad del
mar, te atrapa cuando le miras, te seduce al mojar tu piel, y una vez en su red
quien se quiere liberar, aunque sufrieras una mutación que sumerja todo tu ser.
No me canso de fantasear mirando el horizonte, para tener una vida plena, de
paz y sosiego en la más profunda oscuridad. Todo es magia, todo es sueño, sin moverte
de la arena, guardo amor juegos y penas como Joan Manuel Serrat.
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