TEMPESTAD
No te
preocupes
porque
hoy no me hayas visto.
Sigo
guardando tu fuego lejos del viento,
encendido
dentro de mí.
Y
aunque me envuelve un optimismo
mezcla de miedo y satisfacción,
vivo deseando refugiarme dentro de ti
para
sentirte poco a poco.
Cuando
no imagino nada de nada
y tu ausencia se me hace insoportable,
me
altero y me vengo abajo.
Debajo
de esta famélica dureza
solo se esconde una frágil bondad.
A
medida que va pasando el tiempo
este
hermoso sueño se desvanece.
Es
una lenta y silenciosa tortura.
Y
como en esas cosas que no saben a nada,
me
siento inexpresivo e insustancial.
Y quisiera
inyectarme un poco de ti.
Me
gustaría aprender a tirar de los hilos,
y
agitar la delicada visión de tu cuerpo
en una
tempestad emocional.
Las
cosas que vivimos no son fruto del azar.
Son
muchos los recuerdos de nuestra evaporada juventud
que
se derraman uno a uno en nuestras vidas.
Quisiera decantarme por ti,
y congelar el miedo de mis pensamientos,
quisiera estar por ti,
hasta el final de los tiempos
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