Emociones
Hay una cosa que te quiero
decir,
sé muy bien lo que siento y lo
que pienso de mí,
pero se con certeza que no
miento,
cuando hablo o escribo de ti.
Es un momento tan único y
natural,
y ni mucho menos una regalía,
ver al sol iluminar el amanecer
de cada día.
Todo acontece espontaneo y con
absoluta sencillez,
como la tranquilidad en tus
labios,
tu genuina inocencia y el
resplandor de tu piel.
Esas cosas tan sencillas a las
que llamamos habituales,
como reírse con las cosquillas,
se hacen tan naturales.
Los ríos corren y se purifican
en su cauce hacia el mar,
y yo peregrino sin andar el
camino,
me siento divino junto a mi Angel
terrenal.
Las estrellas no están al
alcance del ser humano,
y yo sueño despierto por tocar
el cielo,
cuando me coges de la mano.
Siempre la luna llena con la
verdad por delante.
Esa esencia exultante sigue
eterna con el cuarto menguante.
Tu presencia, es un encuentro
incipiente, con el cuarto creciente.
Luna nueva ¿dónde estás?, te
extraño a rabiar.
Gracias por elegirme, me siento
muy afortunado,
por dejarme ser tú amigo, por
dejarme estar a tu lado.
Puede que no tenga razones y
que decirlo este feo,
pero mi corazón aumenta sus
pulsaciones, cada vez que te veo.
Quisiera saber tus dudas, y ser
tu única respuesta.
Quisiera ser la pregunta de eso
que vas a decir.
Qué bonita la vida, y cuanta
locura me queda,
para subirme a la luna y poderte
escribir.
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