sábado, 7 de marzo de 2015

Mujeres

Mujeres

         Como me gustaría poder regresarme a sus brazos, sentir los latidos de su corazón cerca del mío, cerrar los ojos y dormir. Se me mudaría la cara, solo con poder soñarlo, aunque me cueste creer que es  un imposible. Nos llevan bien adentro para regalarnos la vida, sufriendo en silencio las siete plagas, aun así les da un vuelco el corazón cuando nos ven por primera vez. Desde ese momento se replantean sus inquietudes, sin mirar las formas o las maneras, el trabajo es su vida y su vida trabajo. La vida les pone a prueba, y no tienen término medio, y nada les pilla de sopetón. Es su naturaleza, les faltara pesquis pero no ojos, son únicas y atrevidas tomando cartas en cualquier asunto. Nos convencen con sus lloreras, pero se callan lo que todos queremos saber,  cual es la verdad de su fuerza y la fortaleza de su ser. Sigilosas como los ratones, cortadas por el mismo patrón, parece que nada les va ni les viene, pero son todo oído y viven para tu ilusión. 
        Ni las calderas de Pedro Botero, conseguirían jeringarles, ni desazonar su expresión, para chasco de muchos son ave fénix y sobreviven al mismo Dios. …No quisiera meter el remo bien metido, y tenerlas tiesas con ellas, sería como darte un mal aire y enfurruñarse tontamente sin fundamento. Se me antoja son buenas personas, y que bebemos los vientos por sus entretelas, que trabajan después de trabajar y a las que deberíamos aplaudir como si fuésemos sus fans. Ya va siendo hora recontra, que aunque estemos cada uno en lo suyo, dejemos de fabular y nos traguemos todos los embustes. Que dejemos de trasegar la vida y que estemos más contentos que unas castañuelas, que las mujeres son lo mejor que nos puede pasar. No dudemos en defenderlas, apoyarlas y cuidarlas sobre todas las cosas. Ellas llevan trabajando toda la vida por nosotros, madres, hijas y amigas, sin esperar nada a cambio.

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